NUEVA SECCIÓN

¡Pisa el Acelerador!

Ken Miles

Esta leyenda del automovilismo nació en Reino Unido, el 1 de noviembre de 1918. Su pasión por los vehículos se manifestó a muy corta edad, ya que, de forma autodidacta, modificaba motores como pasatiempo. A la edad de quince años, estaba loco por las motos y participó con la suya en diversas
carreras. Sin embargo, al descubrir la mecánica, su energía y entusiasmo se volcaron en convertirse en ingeniero y se volvió aprendiz en la compañía automotriz Wolseley Motors.


Su carrera se vio interrumpida en 1942, ya que se vio obligado a unirse al ejército británico para participar en la Segunda Guerra Mundial. Allí, se convirtió en comandante del batallón de ingenieros de tanques, debido a sus notables aptitudes. “Soy mecánico”, dijo Miles una vez, según cita Art Evans en su libro sobre el piloto. “Esa ha sido la dirección de toda mi vida. Conducir es un pasatiempo, una relajación para mí, como lo es el golf para otros. Me gustaría conducir una máquina de Fórmula 1, no por el gran premio, sino solo para ver cómo es. ¡Pienso que sería muy divertido!”.

Una vez acabada la guerra, Miles trabajó para la Morris Motors y condujo autos Bugatti, Alfa Romeo, Alvis, y un Frazer-Nash, en algunas competencias. A principios de los años 50, se mudó a Los Ángeles, California, para trabajar como mecánico de la Gough Industries. Pero sin dejar las carreras. Conduciendo, lo que llamaba, sus “especiales modificados”–vehículos construidos, diseñados y desarrollados con su talento innato— consiguió numerosas victorias consecutivas.

La vida de Ken dio un giro sorprendente cuando Carroll Shelby, expiloto y diseñador de automóviles, le propuso trabajar para su compañía Shelby American, como piloto de pruebas de autos de carreras con motores Ford.

El carácter difícil e indómito de Miles no asustó a Shelby, pues más bien
quedó cautivado por su sexto sentido para detectar las fallas en los vehículos y su impresionante habilidad mecánica para mejorarlos. Con una confianza ciega, Shelby dejó a Miles a cargo del desarrollo y conducción del GT40. Gracias a Miles, el auto de Ford obtuvo la victoria en las 24 Horas de Daytona y en las 12 Horas de Sebring. A pesar de que el talento de Miles era innegable, su incapacidad para obedecer órdenes y para trabajar en equipo hacían que Ford se rehusara a darle otra vez el puesto como piloto. Shelby defendió a Miles hasta convencer a Ford de permitirle correr en las 24 Horas de Le Mans. La actuación de Ken fue deslumbrante. Había roto el tiempo récord en las vueltas y habría sido el vencedor, de no ser porque Leo Beebe, gerente del equipo de Ford, dio la orden de que los tres autos Ford cruzaran al mismo tiempo la meta. A pesar de su inconformidad, Miles retrocedió para alinearse con sus compañeros y que la compañía Ford obtuviera su foto. Lamentablemente, el auto #1 de Miles-Hulme no fue declarado ganador, sino el auto #2 de McLaren-Amon, dado que había empezado desde 30 m más atrás, es decir que había recorrido más distancia. “Ken estaba asombrado. Tenía una expresión en su rostro como si acabara de ser pateado”. Evidentemente, el triunfo le fue robado de manera nefasta, sin mencionar la oportunidad de ser el único piloto en la historia en ganar las carreras de Sebring, Daytona y Le Mans en el mismo año. Aún así, Ken Miles se convirtió en una leyenda, pero desgraciadamente no pudo disfrutarla mucho tiempo. Dos meses después de Le Mans, Miles murió en un accidente en el Circuito de Riverside, mientras probaba el nuevo Ford J Car de Shelby American, debido a una falla en el vehículo que lo hizo perder el control e impactarse. El auto se incendió y Miles, con 47 años de edad, murió instantáneamente. “Prefiero morir en un auto de carreras haciendo lo que me gusta que ser devorado lentamente por el cáncer”, dijo una vez el piloto. Ken Miles fue un hombre cuyo amor y pasión tan profundos por el automovilismo, lograron que hiciera historia. Y por eso, para honrar a este gran piloto, se le otorgó un merecido lugar en el Salón de la Fama del Automovilismo de América.

La vida de Ken Miles fue retratada en la película del 2019 “Ford vs Ferrari”, donde Christian Bale asumió su papel. La película obtuvo buenas críticas por parte del público y fue nominada a mejor edicion de sonido y mejor película en los Oscar 2020.

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